martes, 15 de mayo de 2012

被爆者 Nijū Hibakusha


Hoy hemos terminado la Segunda Guerra Mundial en 1º Bach C (el único curso que todavía no la había concluido) y, como en el resto, lo hemos hecho viendo y estudiando los últimos episodios de la guerra en Japón: el lanzamiento por parte de los Estados Unidos de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Hemos visto el sufrimiento y el horror a través de testimonios, de las imágenes de las ciudades que hablan por sí solas y que a veces corren el riesgo de quedar perdidas como dos líneas más en el libro de texto.
En realidad estaba documentando una entrada que quería dejaros a raíz de un pequeño debate que tuvimos en clase el otro día sobre el posible “sentiemiento de culpa” de los pilotos de los b-29 que lanzaron las bombas cuando me encontré con una historia increíble, la de Tsutomu Yamaguchi:

Yamaguchi era un ingeniero de Mitsubishi trabajando en el puerto de Nagasaki. El destino quiso que el fatídico 6 de Agosto en el cual fue detonada la nefastamente famosa “Little Boy” de 13 kilotones se encontrara en Hiroshima en un viaje de negocios con el fin de asegurar el suministro de repuestos al astillero de Nagasaki. En el momento exacto de la explosión se encontraba a 2 Km de la Zona Cero guarecido por una fortificada instalación de la zona industrial de Hiroshima. Sin embargo, el calor intenso y los temblores hicieron que sufriera fuertes quemaduras y contusiones por todo su cuerpo. Solo recuerda ver el flash y lo difícil que era respirar con el aire tan caliente. Tras ver el caos y el descontrol pasó dos días intentando volver a su ciudad. Al llegar, a pesar de las heridas decidió reportar lo ocurrido a su jefe quien, como toda la población de Japón, se encontraba totalmente ignorante de lo ocurrido. Como ingeniero Tsutomu sabía que el arma utilizada en Hiroshima era para nada convencional y temía que la guerra esté totalmente perdida. Sus temores se confirmarían ese mismo día, el 9 de Agosto, explotó la segunda bomba, Yamaguchi se encontraba en las oficinas del astillero a unos 3 Km de la zona cero reportando y describiendo todo lo visto. Volvió a sentir el calor intenso y en ese momento, según sus palabras aterrado pensé que las explosiones me estaban siguiendo a mi”. Cuando salio a las calles llegó a pensar que había llegado el fin del mundo.
Fuente: anfrix.com

En Japón se conoce con el nombre de Niju Hibaku, que significa doble radiación o doblemente irradiados, a las personas que sobrevivieron a las dos bombas atómicas. Allí se habla de los ocho afortunados, aunque oficialmente solo está reconocido uno y el museo de la Paz en Hiroshima estima que unas 160 Nijū Hibakusha -traducción literal: personas doblemente bombardeadas.